sábado, 10 de junio de 2017

Defensa de los feos

Soy feo, indudablemente feo,
De esos feos que con dos piscolas pasan,
De esos feos que cuando le preguntan a la mamá si se ven bien,
La madre les responde: “siempre serás el hijo de mamá”, evadiendo la pregunta.
Soy de esos feos que siempre le dicen, “oye tu amigo, ese, sí que es bonito”
Y a tus amigos –refiriéndose a ti- “como te puedes juntar con él”
Soy de esos feos que las mujeres, más desfachatadas, en sus charlas, te sindican como el feo,
El eludido en la botellita, el último con pareja para la cueca,

Y cuando creemos que la belleza interior es lo único que nos queda, ¡Paf! Los bonitos, también la tienen y hay que entrar a competir.
Y cuando decidimos que seremos expertos en una rama de las ciencias, para que se fijen en nosotros por nuestros talentos, ¡Paf!, también hay bonitos en las ramas de las ciencias y se fijan en ellos por sus talentos.

Soy feo y del subgrupo de los hediondos, que se bañan por obligación sanitaria,
De los  gordos, que solo les dicen flacos por sus fotos del pasado,
 De los pobres que no pueden invitar a comer una chorrillana
 Y con una arruga tamaño gran cañón en la frente, que no sabe si vendrá un fax o un corto telegrama.

Ahí está mi subcategoría luchando por no desaparecer,
Contra los negros sin estilo y los con dientes de conejo.

También hay feos que luchan contra la historia y se buscan a la polola más bonita del mundo, luchan por tomar de la mano, por beber de la fruta de aquella doncella que los librará como feos, y ahí van; “suelta al mono”, “feo con suerte”, es decir, nunca pierden su condición de feo.

También hay feos que luchan contra la historia y se hacen ricos y van también, detrás de ellos los miles, gritándoles feos con plata.

Y así podemos recorrer esta intransitable vereda de los feos,
 Retratados en monumentos,
 Despreciados en caricaturas,
Descritos en poemas lánguidos y sosos que intentan darle una vuelta
 A este camino de fealdad y desacato.

Pero feos,
 Del subgrupo de los pelados, gordos, flacos, carones, pata corta, espinillentos,
Feos del mundo que agolpan los sitios de internet con mujeres desnudas,
 Feos y pavos, feos y caballerosos, feos y rubios, feos y calientes,
 Que transitan por la calle sin ser admirados, con el tinder vacío,
Somos miles, hombres y mujeres hechos a imagen y semejanza del divino
Miles que llevan su fealdad con orgullo, que la pintan con el maquillaje más taquillero de parís, que se desviven por la dignidad, que luchan por sus deseos, somos miles de feos que nos enjuiciamos entre nosotros, nos miramos y nos decimos a la cara: QUÉ FEO

Feos del mundo, los invito a caminar de la mano, a escucharse, olerse y vomitar entre todos, porque la belleza mis queridos hermanos y queridas hermanas está en el sublime otoño, el desesperado invierno que lucha por no dejarnos viviendo en un gran desierto, la belleza está en la finitud de la vida, en el llanto de los niños, en la risa de los manatíes que se extinguen por los derrames de petróleo, feos del mundo sepan que su fealdad no es más que la cruda tortura de los 70’, que su fealdad no es más que un soplo, una perspectiva inmunda de un mundo sin alma, sepan que el mañana es de los feos, porque, y solo porque:


Nadie puede saber quién es exactamente bonito, por ende exactamente feo.

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